Como pigmento blanco de alta calidad utilizado en recubrimientos, la blancura del dióxido de titanio es uno de los indicadores clave de su calidad. La blancura del polvo seco de dióxido de titanio afecta directamente la apariencia del producto y la competitividad en el mercado en muchos campos industriales. Por ejemplo, recubrimientos, plásticos, fabricación de papel y tintas.
Definición de la blancura del polvo seco de dióxido de titanio
La blancura de dióxido de titanio El término "polvo seco" hace referencia a la blancura reflectante que se forma en la superficie del polvo, después de que se somete a un tratamiento específico. Esta blancura se mide luego con un medidor de blancura o espectrofotómetro. La blancura es un concepto que abarca tanto el tono como el brillo y refleja la capacidad de un objeto para reflejar y dispersar la luz. Debido a sus propiedades físicas y químicas únicas, el dióxido de titanio refleja varias longitudes de onda de luz visible de manera uniforme, lo que da como resultado su alto grado de blancura.
Métodos para determinar la blancura del polvo seco de dióxido de titanio
Existen dos métodos principales para determinar la blancura del polvo seco de dióxido de titanio: el método seco y el método húmedo. El método seco implica prensar el polvo de dióxido de titanio hasta formar una masa con forma de espejo y luego medir su reflectividad con un medidor de blancura o un espectrofotómetro. El método húmedo dispersa el dióxido de titanio en un disolvente adecuado para formar una suspensión de una determinada concentración, seguida de una medición de la blancura. En la práctica, ambos métodos suelen utilizarse juntos para obtener resultados más precisos.
Pasos para la determinación en seco
1 Preparar la muestra:Asegúrese de que la superficie de la muestra de dióxido de titanio esté lisa, seca y libre de cualquier contaminación o defecto visible.
2 Proceso de prensado de tabletas:Utilice una prensa de tabletas para formar la muestra de dióxido de titanio en una torta de polvo con apariencia de espejo.
3 Configuración del instrumento:Ajuste el medidor de blancura o el espectrofotómetro a las condiciones de medición adecuadas, incluida la geometría de la fuente de luz y el ángulo de visión.
4 Calibrar el instrumento:Calibre el dispositivo para garantizar la precisión y consistencia de los resultados de la medición.
5 Medición de muestra:Coloque la torta de polvo prensado en el instrumento para medir su reflectancia y brillo.
6 Análisis de resultados:Calcule el valor de blancura del dióxido de titanio basándose en los datos de medición y analice los resultados.
Factores principales que afectan la blancura del polvo seco de dióxido de titanio
Impurezas:Las impurezas son uno de los factores clave que afectan la blancura del dióxido de titanio, en particular en el caso del dióxido de titanio rutilo, que es muy sensible a las impurezas. Incluso trazas de contaminantes, como hierro, manganeso, cromo, cobre y otros óxidos de metales no ferrosos, pueden tener un impacto notable en su blancura. Entre ellos, el contenido de hierro es particularmente crítico: a medida que aumenta el contenido de hierro, la blancura disminuye significativamente. Por lo tanto, en la producción de dióxido de titanio, especialmente a través del proceso de ácido sulfúrico, muchas operaciones se centran en eliminar las impurezas del producto para mejorar su blancura.
Tamaño de partículas y distribución del tamaño de partículas
El tamaño de las partículas y su distribución también son factores clave que influyen en la blancura del dióxido de titanio. Las partículas de dióxido de titanio más pequeñas tienen una superficie mayor, lo que mejora su capacidad para reflejar y dispersar la luz, aumentando así el valor de blancura. Según las pruebas pertinentes, las muestras con un tamaño de partícula SEM de 220-240 nm y una proporción de partículas en el rango de 150-350 nm mayor que 75%, tienden a mostrar una mejor blancura. Por lo tanto, durante la producción, controlar el tamaño de las partículas y su distribución es crucial para optimizar la blancura del dióxido de titanio.
Forma de la partícula
La forma de las partículas se refiere a la forma en que existen las partículas de dióxido de titanio, que normalmente se clasifican como esféricas, en forma de varilla o en capas. Las partículas esféricas son ideales, ya que proporcionan la mayor área de superficie y la mejor reflexión y dispersión de la luz, lo que mejora la blancura. Sin embargo, debido a factores como los recubrimientos o los polvos en fase gaseosa durante la producción, también se pueden formar partículas en forma de varilla o en capas. Aunque estas formas tienen relativamente poco efecto en la blancura, aún deben considerarse en ciertas aplicaciones.
Contenido de titanio
El contenido de titanio se refiere a la cantidad total de dióxido de titanio presente en la muestra. En el caso del dióxido de titanio de grado pigmentario, el contenido suele superar el 90% y oscila entre 92% y 98%. Las sustancias restantes son principalmente agentes de recubrimiento e impurezas traza. A medida que aumenta el contenido de dióxido de titanio, también lo hace el valor de blancura. Por lo tanto, aumentar el contenido de titanio es una forma eficaz de mejorar la blancura del dióxido de titanio.
Aditivos de producción
Los aditivos utilizados durante la producción, como los auxiliares de filtrado y los lubricantes, también pueden afectar la blancura del dióxido de titanio. Algunos aditivos pueden contener compuestos orgánicos de cadena larga que pueden carbonizarse a altas temperaturas, lo que hace que el dióxido de titanio tenga un aspecto opaco o incluso marrón rojizo. Por lo tanto, es necesaria una selección cuidadosa de los aditivos para minimizar su efecto sobre la blancura.
Conclusión
La blancura del polvo seco de dióxido de titanio es un indicador importante de su calidad. Está influenciada por varios factores, como las impurezas, el tamaño y la distribución de las partículas, la forma de las partículas, el contenido de titanio y los aditivos de producción. La blancura del dióxido de titanio se puede mejorar de manera efectiva para satisfacer las demandas del mercado de muchas maneras. Estas incluyen la optimización de los procesos de producción, el control de los niveles de impurezas, el ajuste del tamaño y la distribución de las partículas y la selección de los aditivos adecuados.